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Xenodoquio de Mérida

Xenodoquio Merida

En la rica tapezteria histórica de Mérida, el Xenodoquio es un hilo que a menudo queda oscurecido por monumentos más renombrados como el Teatro Romano o el Acueducto de los Milagros. Sin embargo, su importancia en la historia de la hospitalidad, la medicina y la religión es insoslayable.

Contexto Histórico

Construido durante la segunda mitad del siglo VI bajo la dirección del obispo Mausona, el Xenodoquio fue un reflejo del auge cultural y religioso de Mérida en ese momento.

Situado en las cercanías de la basílica de Santa Eulalia, el Xenodoquio servía tanto como albergue para peregrinos como hospital para los necesitados de la localidad.

Su establecimiento marcó un punto de inflexión en el urbanismo de Mérida, que ya había estado experimentando cambios significativos desde la aceptación del cristianismo como religión principal del Imperio Romano en el siglo IV.

Arquitectura y Diseño

El Xenodoquio presenta una planta rectangular con un ábside semicircular, que probablemente se usaba con fines litúrgicos.

El edificio estaba dividido en dos alas: una para el albergue y otra para el hospital, cada una organizada alrededor de un patio porticado interior.

El diseño arquitectónico refleja influencias del Mediterráneo oriental y elementos de la arquitectura bizantina, lo que no es sorprendente dado que varios obispos de Mérida eran originarios de Grecia.

El edificio se erigió sobre una necrópolis romana previa, reutilizando algunos de sus materiales constructivos.

Pese al desmantelamiento casi total del edificio durante el periodo islámico, las excavaciones realizadas en la década de los 90 del siglo XX permitieron un entendimiento más completo de la planta y la organización espacial del edificio.

Algunas de las pilastras de mármol exhumadas llevan grabados de vides y racimos, que son símbolos de la Eucaristía.

Importancia Social y Cultural

El Xenodoquio es un testimonio ejemplar de cómo la Iglesia asumió la responsabilidad de cuidar a los pobres, enfermos y viajeros, una tradición que se originó en la antigua Grecia y se mantuvo durante la época romana.

Además, resalta el papel del obispo Mausona como uno de los personajes más influyentes de su tiempo en Mérida. Su contribución a la comunidad trascendió lo puramente espiritual, abarcando también lo social y médico.

Contexto Religioso

Con la creciente devoción a Santa Eulalia, Mérida se convirtió en un destino significativo para los peregrinos de toda la Península Ibérica y más allá.

El Xenodoquio, junto con la basílica de Santa Eulalia y otros edificios cercanos, formaba parte de un complejo arquitectónico dedicado al culto de la santa, que también incluía monasterios y escuelas.

El Xenodoquio se mantuvo en funcionamiento durante aproximadamente trescientos años, hasta finales del siglo IX, lo que demuestra su relevancia en la comunidad emeritense.

Estado Actual y Legado

Aunque gran parte del edificio ha sido desmantelado y se encuentra ahora bajo las vías del tren que conecta Mérida con Madrid, el área excavada se ha convertido en un espacio ajardinado anexo a una zona residencial.

Este espacio es respetado y valorado por los vecinos, manteniendo viva la memoria de este monumento en el corazón de la comunidad.

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