Puente Romano de Mérida sobre el río Guadiana

Con 60 arcos y una longitud de casi 800 metros, el de Emerita Augusta sobre el Guadiana es uno de los puentes romanos más largos del mundo.

¿Sabías que originalmente fueron dos puentes que después se acabaron uniendo?

A continuación descubrirás un poco de la historia del puente romano de Mérida y te sorprenderás con sus datos más interesantes.

Visita en vídeo al puente romano de Mérida

En este breve vídeo podrás contemplar la majestuosidad del puente romano y conocer los datos más interesantes.

Un poco de historia del puente sobre el Guadiana

El puente romano de Mérida se construyó durante el siglo I a.C. aprovechando una pequeña isleta, al mismo tiempo que se fundaba la colonia.

Al principio consistía en dos puentes que unían una isleta central, donde los romanos construyeron un gran tajamar con forma de cuña que dividía el río en dos partes.

Este espacio era amplio y fue un punto clave para celebrar la feria de ganado, ser un centro de comercio y un punto estratégico en el transporte de mercancías.

Sus 792 metros de longitud lo convierten en el segundo puente romano más largo del mundo, tan solo superado por el puente sobre el Danubio, de 1.135 metros de largo.

Sus puntos más elevados tienen unos 12 metros de altura.

Este puente era la entrada a la ciudad y da sentido a la existencia de Augusta Emerita por su valor estratégico y comercial. Por ello, los musulmanes lo aprovecharon y construyeron junto a él La Alcazaba Árabe: la fortaleza musulmana más antigua que se conserva en la Península Ibérica.

Actualmente forma parte del Conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.

Su uso es peatonal, está abierto al público y por la noche tiene una iluminación que le da una magia especial.

Los tramos del puente romano de Mérida

La obra del puente sobre el Guadiana se llevó a cabo por tramos:

1. El primero va desde la ciudad al primer descendedero aguas arriba llamado del Humilladero. Corresponde a los 10 primeros arcos y ha sufrido pocas remodelaciones.
2. El segundo llega hasta el descendedero de San Antonio, el más afectado por el paso del tiempo tanto por la afluencia del río como por la acción del hombre. Se corresponde con los siguientes 25 arcos.
3. El tercero empieza en el descendedero de San Antonio, que data del siglo XVII, y llega hasta el final, donde quedan restos de una plataforma de hormigón romano. Es el que menos reparaciones ha precisado al no ser tan afectado por las crecidas del río.

Un dato curioso

¿Sabes que hay un falo en un arco del puente? Además está en un punto clave: bajo el primer arco del puente y dándote la bienvenida.

Esto no es casualidad, ya que en la antigua Roma los símbolos fálicos eran sinónimos de fertilidad, prosperidad y protección; a diferencia de lo obsceno que nos puede parecer hoy día.

De hecho, hay varios falos repartidos por los diferentes monumentos romanos de Mérida.

El falo está esculpido en relieve sobre un sillar de granito, en horizontal y hacia la izquierda.

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